Si hay que decir en pocas palabras cuáles fueron los mundos de Clementina, pues básicamente señalo cuatro: la geografía y el arrasamiento del monte; la recuperación lexical y onomatopéyica de sus habitantes, seres solitarios y aislados; los sentimientos y en particular el amor como tema central; la condición femenina. Y en todos, claro, el dolor y la frustración ante un destino que siempre es imbatible, inmodificable.