El célebre catálogo de cosas predilectas que Borges refiere en "Borges y yo" incluye una sola referencia literaria y es a la prosa de Stevenson. El nombre de Stevenson, pues, funciona para Borges como criterio de cualidad literaria y talismán personal, y sus resonancias pueden encontrarse en numerosos pasajes de su obra.
Durante muchos años Borges ha desconcertado a sus críticos al insistir en la importancia que han tenido para él escritores como Stevenson, Wells, Chesterton y Kipling; y más aún, al declarar que toda su obra deriva de ellos. Por otro lado, es posible comprobar, en varias de las entrevistas dadas a lo largo de los años, su falta de interés por una larga serie de autores de los siglos xix y xx, mientras que un nombre reaparece insistentemente como el de su maestro: Robert Louis Stevenson