“Este el segundo trabajo de crónicas literarias y fotografías que se convierten también en memorias. Como dice mi gran amiga Laura Estrín, la memoria es caprichosa, pero justa porque produce un efecto mágico, el de extenderle la vida a los compañeros y compañeras que ya no están. Este tren, estas fotos y estas palabras están para los compañeros y compañeras que han quedado en el camino, víctimas de la tragedia de vivir o víctimas también del vaciamiento que atravesamos todos los días cotidianamente”, declaró Emiliano Scaricaciottoli, docente e integrante de Cronos Rock, en el centro cultural Espacio 33 ubicado en el barrio de Boedo.